Los sueños nacen en la mente de cada persona, así fue en el caso de la Dra. Liliana Mayo.
En 1977, cuando Liliana estudiaba en la Universidad Mayor de San Marcos para obtener su licenciatura en psicología clínica, su asesor académico la etiquetó como problemática por hacer demasiadas preguntas. Gobernaba el Perú en esa década una junta militar; y a los estudiantes del área de psicología considerados "radicales", y de amplia cultura como la Dra. Liliana, se les envíaba como "castigo" a realizar sus prácticas pre-profesionales en centros de educación especial. Liliana poco sabía entonces que ese internado cambiaría su vida, y que desalentadora fue la situación que encontró. No existía una infraestructura educativa para las personas con discapacidad severa, pocas personas creían que ellos podían aprender, queriendo decir que la mayoría de ellas debería permanecer en casa, donde se aprendía poco y menos aun se lograba.
No pudiendo dar la espalda a esta realidad, abrir una escuela para personas con habilidades diferentes se convirtió en el sueño de Liliana. Con la bendición de sus padres, ella fundó una pequeña escuela en el garaje de su casa; y el 20 de agosto de 1979, el Centro Ann Sullivan del Perú (CASP) llegó a ser una realidad. De inmediato ocho estudiantes se matricularon y los amigos de Liliana de la universidad oficiaron de maestros voluntarios. Contra todo pronóstico, y no obstante su humilde origen, CASP se transformó en un centro internacional de servicio integral que atiende a más de 450 estudiantes al año, desde su nacimiento hasta la adultez. Este desarrollo también se debe al apoyo prestado por la consultora principal del CASP, Dra. Judith LeBlanc (ver artículo en la página 2) de la Universidad de Kansas, quien se unió al sueño de Liliana hace 35 años. El rol desempeñado por la Dra. LeBlanc en el desarrollo del modelo CASP fue fundamental para que CASP hiciera impacto en el mundo entero.
El programa de educación continua consta también de un currículum para estudiantes, padres y hermanos. Esto hace que CASP sea el único centro actualmente conocido, que en forma persistente y continua enseña y actualiza las habilidades de la familia durante el proceso educativo del estudiante. El modelo de inclusión a la vida de CASP tiene éxito porque las familias, las escuelas, las comunidades y los lugares de trabajo han formado un equipo que se dedica intensamente a lograr el éxito de cada estudiante.